Es domingo en un gran parque verde y el exorcismo me libera, entonces en esas promesas y como buena creyente prometo adorar lo que me rodea, lo que en definitiva me conforma, todos los seres que existen a diario, los que se cruzan en mi destino, los que atraviesan la línea que camino. Y por tanto creo que debo hacer algo por ellos, liberarlos en un ritual, con panderetas y cantos al unísono como risas de primavera, golpeando las manos, en una danza sagrada, en una escena de un mundo pasado, donde elevados por un dios, el alcohol nos libera con un poema:
Baileys
Leche condensada
400ml whisky
200ml de leche larga vida
1 sobrecito de café
Cucharada sopera de cacao en polvo