Armando mi propia religion

Vestuario basado en la obra de Juan Burgos
E.M.A.D 2007

BCN

Seguramente no estaba preparada, ni había tenido tiempo para idealizar el viaje que preparamos con tanta ansiedad, tome mi valija celeste, las plantillas y nos fuimos, no sin hacer una llamada urgente desde el aeropuerto 30 minutos antes de que saliera el avión, para pedir que me alcanzaran la carpeta de trabajos, algo que no podía olvidar pero así lo hice.

Ver la tierra desde arriba fue una gran experiencia sobre todo para alguien como yo que tiene esa visión romántica de las nubes y el cielo. Fue tal cual me lo imaginaba, aunque confieso que lo que mas hice fue dormir.

Al llegar, una ciudad en plenas vacaciones de verano nos recibía. Una compatriota con acento catalán dulce nos invitaba con cerveza, regalos y hash, si siempre hash.

Todo empezaba muy bien e indicaba que seguiría mejor, esa misma noche nos fuimos de cañitas, bebida que yo prefería llamar vaso de cerveza.

Al principio me resignaba a hablar con palabras españolas para ser entendida pero al final terminaba diciendo, "bo mola abundante eso", " ay tío ta de fiesta" mezcla de plancha con español juvenil, a veces parecía que yo hablaba chino y el resto tailandés, pero las palabras se acomodaron y la lengua plancha uruguaya catalana triunfo, hasta dejar a algún catalán con un "ta", o "de fiesta".

Entonces todo se trataba de recorrer museos interesantes, galerías, centro culturales, cervezas, gente de todas las naciones, metros y en la noche, cañitas, que para no perder el sabor tropical lo alternaba con mojitos. Small nos ofrecía lo que necesitábamos, un pequeño bar, con buena música, uruguayos y alcohol, cool pero moderado.

Mi morada fue la casa de una pareja que no hizo mas que mimarme desde que arribé hasta que me fui, llegábamos a la noche y nos íbamos a la terraza por una ultima cerveza y tabaquito, que siempre derivaba en largas charlas nocturnas, hable mucho, tenia mucho que decir, que pensar, que ver, todo resultaba sumamente inspirador además de lo bien que me hace sentir el calor, fotodependiente, si es verdad, soy fotodependiente.

Así seguimos, trabajando, paseando, yendo de cañitas, y elevando nuestras mentes hasta un estado tan sublime que se nos erizaba la piel.

Las jornadas referidas a nuestra actividad, fueron maravillosas, al principio el equipo se sintió amenazado por la presencia de tales monstruos del arte, nos sentíamos diminutos, y además latinos, hasta que todo se fue sucediendo y los grandes monstruos se volvieron reales, dejaban de ser tan grandes, nos hablaban, nos animaban y hasta nos elogiaban por nuestra procedencia, estaba claro nosotros teníamos algo que ellos nunca tendrían, y solo lo entendí en ese momento.

Sublime, esa era una buena palabra para esos días, la diversión no paraba ni el estimulo de crear, lo bello nos rodeaba, éramos puro placer concentrado, creo que irradiábamos algo,
estimulábamos.

El final llegaba y los resultados de mi estadía eran apenas notorios y positivos, me podía ir tranquila, fue un buen momento, todos sentimos algo en común,

Barcelona lo generaba en nosotros y nosotros en ella. Y el Güel queda de testigo.
Prepare todo rápidamente y sin poder parar de reír, con esa risa nerviosa, fácil y contagiosa, arme la maleta celeste, 24,5 k, y una mochila 10k a lo que se le sumaban rollos de cartón, lienzos con pinturas, regalos, plantillas, etc., todo un cante de equipaje para una única pasajera de vuelta.
Llego aMontevideo, trayecto que dormí hasta que una de las viejas de al lado me llamo bella durmiente y me acercó el desayuno.
Al llegar me esperaban 2 de las personas que mas quería ver, abrí mi valija y saltaron todos los recuerdos, souvenir y remeritas de liquidación, entregue los respectivos regalos y volví con todo a mi rutina de ciudad, sin descanso, sin poder quitarme la sonrisa de la cara y dando algún doble beso y explicando que no era mi intención ser así de terraja. No he vuelto a encontrar mi pasaporte pero Barcelona se gozó!